Las saponinas poseen unas propiedades debido a su estructura química que las caracterizan por la habilidad de crear una espuma jabonosa cuando se agitan en una solución formando un especie de “detergente”. Este comportamiento propicia que se unan, de manera fácil a nivel molecular, con el agua y otras sustancias, tales como el colesterol y las grasas.
En este sentido, las saponinas presentarán un comportamiento tal como un agente espumante o emulsionante. Dicha capacidad de generar un puente entre dos moléculas polarmente opuestas, tal como sucede con el agua y aceite, permite que las saponinas interaccionen con las moléculas presenten en la superficie de la membrana celular.
La estructura anfifílica de las saponinas, les permiten asociarse a nivel molecular con las moléculas de colesterol localizadas sobre las células intestinales. Una vez generada la unión, las saponinas propiciarán la formación de poros sobre la superficie de la célula, produciendo un incremento de su permeabilidad y estimulando el flujo de otras sustancias y nutrientes desde el torrente sanguíneo.
Las saponinas pueden contribuir a mejorar nuestro estado de salud, y entre estas encontramos las siguientes propiedades:
En las plantas, las saponinas se encuentran especialmente en las pieles de plantas donde forman una capa protectora de cera. También forman una parte importante del sistema inmune activo de las plantas y ejercen una función como «antibiótico natural» para
Las saponinas se unen con sales biliares y el colesterol en el tracto intestinal, actuando como «secuestrador de ácidos biliares». Los ácidos biliares son compuestos usados para digerir las grasas que son fabricadas por el hígado a partir del colesterol. Las saponinas se unen al colesterol, formando pequeñas micelas, que contiene la bilis y patógenos (moléculas que forman demasiado grandes para ser absorbidos a través de la pared intestinal) por lo tanto pasan a través del tracto digestivo y son excretados por las heces. Las saponinas causan una disminución del colesterol en o previniendo su reabsorción y aumentando su excreción.
Las saponinas pueden prevenir el riesgo de padecer cáncer. Esto puede ser debido a los efectos moduladores del sistema inmunitario de las saponinas que aumentan la actividad anti-tumoral en el cuerpo. La estimulación de la secreción de ácidos biliares en el tracto intestinal y la actividad antioxidante también puede contribuir a ello.
Los antioxidantes previenen el daño celular protegiendo los lípidos de reacciones de oxidación de radicales. Las saponinas evitan la oxidación del colesterol en el colon, lo que también puede ayudar a reducir el daño del colon y el riesgo de cáncer. También previenen la degeneración del ADN, de las proteínas y protegen las células del daño de los radicales libres.
Del mismo modo, colaboran a mantener una mejor textura y firmeza de la piel, permitiendo lucir un aspecto mucho más joven pese al paso del tiempo. Asimismo, fortalecen el cabello y las uñas.
Las saponinas derriban y limpian la materia impregnada en las paredes del colon y fomentan el crecimiento de bacterias buenas y disminuyen las bacterias dañinas. Este equilibrio saludable hace que el cuerpo tenga un sistema inmunológico más saludable de forma natural, para ayudar a eliminar las causas de frecuentes resfriados y gripes, parásitos, hongos y otras infecciones por bacterias, así como trastornos digestivos y el estreñimiento.
Las saponinas también puede reducir y retrasas la aparición de patologías relacionadas con el deterioro del sistema óseo, como es el caso de la osteoporosis, donde se produce la pérdida paulatina de la densidad ósea. Así pues, los síntomas derivados, como dolor articular o rigidez pueden verse mitigados. En personas de avanzada edad supone un beneficio de cara a posibles accidentes donde se puedan sufrir fracturas